el cocodrilo

 

 

El cocodrilo, en la actualidad el reptil de mayor tamaño, es uno de los últimos sobrevivientes de la era de los dinosaurios, la casi mítica especie que llegó a incluir representantes marinos y terrestres de talla gigantesca y que desapareció hace muchos millones de años por causas todavía ignoradas.

    Debido a su aspecto terrorífico, de gran devorador, el cocodrilo ha sido el antagonista ideal de muchos héroes de películas y esa imagen distorsionada -en un filme de terror estadounidense un cocodrilo macho devora en una sola noche a seis seres humanos- crea en muchas personas sentimientos de temor o repulsión hacia estas criaturas. La verdad, sin embargo, es muy distinta.

    Más que amenaza, el cocodrilo es otra de las numerosas especies amenazadas por la extinción. El hombre lo persigue motivado por el amplio mercado de productos obtenidos de su piel. En la década de los sesenta, cuando la cotización de estos artículos alcanzó niveles estratosféricos, se produjo una matanza sin igual en América, quizá sólo comparable con el exterminio masivo del bisonte en las praderas estadounidenses, la cual llevó a profetizar a los zoólogos: "En pocos años, los grandes reptiles acorazados, que desde hace 175 millones de años existen en la Tierra, se extinguirán como antaño ocurrió con los dinosaurios".

    Su piel gruesa y durable tiene gran demanda en la industria peletera, que la emplea para la elaboración de zapatos, bolsas, cinturones, portafolios, billeteras y otros accesorios. Su carne es considerada muy sabrosa en algunos lugares y la industria de la perfumería utiliza sus dientes para fijar aromas. Además, hay gran demanda de crías de cocodrilo y caimanes para el comercio de mascotas exóticas. Por increíble que parezca, la demanda en este mercado alcanza niveles muy elevados.

    Los cocodrilos son parientes cercanos de caimanes y aligatores, y se asemejan a ellos en su aspecto general y sus costumbres. Según datos que proporcionó Pronatura Península de Yucatán, A.C., la familia de los crocodylus incluye a los cocodrilos enanos, al falso gavial y a una docena de especies de verdaderos cocodrilos. En México, el orden crocodylia lo integran tres especies: crocodylus acutus (cocodrilo de río), crocodylus moreletii (de pantano) y caiman crocodylus.

    El cocodrilo se distribuye a lo largo de ambas costas de México: en los estados de Sinaloa, Nayarit, Colima, Jalisco, Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Chiapas, en el Pacífico, y Tamaulipas, Veracruz, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, en el Golfo de México.

    El de pantano se encuentra en Tamaulipas, San Luis Potosí, Veracruz, Tabasco, Campeche, Yucatán, Quintana Roo, Oaxaca y Chiapas, y el caimán en Oaxaca y Chiapas.

    Estos grandes reptiles, cuando yacen a las orillas de los ríos o lagunas, parecen enormes troncos. Cuando nadan, sólo dejan en la superficie los ojos y las fosas nasales, por lo que muchas veces pasan inadvertidos.

    Los cocodrilos viven en regiones cálidas de Africa, Asia, Australia y América y, a diferencia de los aligatores, prefieren las aguas salobres y a veces entran en el mar. Su fama de grandes devoradores es infundada: como son animales de sangre fría, no precisan de una "estufa interior" para mantener el calor de su cuerpo y, por lo tanto, pueden resistir con una cantidad de alimentos realmente sorprendente por lo escasa. Un macho de 350 kilos de peso no necesita más de un kilo de carne al día en promedio. Un león, por ejemplo, necesita 10 veces el peso de su cuerpo. Incluso una garza pequeña come más que un cocodrilo.

    Tres días antes de la llegada del frío, deja de comer y no prueba bocado por grande que sea su hambre. En tiempo frío, su digestión se hace tan lenta que la comida ingerida originaría en el estómago materias venenosas. Una "estación meteorológica interna" previene al animal de que se avecina mal tiempo.

    Su temperatura corporal es diferente en algunos grados a la del medio ambiente, por lo que respeta un horario definido que le permite evitar temperaturas extremas.

REPRODUCCION

    El cocodrilo permanece siempre cerca de la orilla, aunque en algunas ocasiones camina cierta distancia en busca de otro caudal e incluso invade regiones pobladas. Tiene movimientos lentos, pero si se considera el enorme volumen de su cuerpo y sus patas cortas, sorprende la velocidad con la que se desplaza en la tierra.

    Quizá la imagen más conocida del cocodrilo es cuando avanza lentamente, se arrastra sobre su vientre y se desliza hasta el agua. En este elemento, flota bajo la superficie y apenas se dibuja su silueta.

    Suele llevar varios kilos de piedras en el estómago para ayudar su digestión y su estabilidad, ya que, como no posee vejiga natatoria como los peces, con ellas contrarresta la flotabilidad de sus pulmones.

    Acerca de su ferocidad, es probable que sólo ciertos individuos, y en determinadas épocas, ataquen al hombre. Al parecer, son más agresivos cuando sus charcas se secan, se sienten amenazados o cuando cuando cuidan a sus crías.

     Durante su primer año de vida, los cocodrilos se alimentan de insectos, caracoles, ranas, cangrejos y larvas de mosquito. Se les ha visto acorralar a las larvas curvando el cuerpo y la cola para encerrarlas en un círculo. El cocodrilo joven nada con cautela hacia su presa, a la que ataca de pronto con un rápido movimiento lateral de sus mandíbulas debido a que sus ojos están situados a los lados de la cabeza.

    A los tres años, su alimentación incluye ya pequeños mamíferos y aves que se acercan a las charcas. Cuando apresa a su víctima, el cocodrilo la sumerge en el agua para asfixiarla y la golpea con la cabeza o la cola.

    A los 10 ó 12 años de edad, el cocodrilo puede ya reproducirse. Para aparearse, el macho se aproxima a la hembra con fuertes golpes de hocico y cola contra el agua. Nada en círculo y trata de acercarse lo suficiente para asir con una de sus patas delanteras el cuerpo de la hembra y realizar el apareamiento.

    Las hembras ponen hasta 90 huevos durante la estación seca y la eclosión se produce cuantro meses después, durante la estación de lluvia, cuando abundan los insectos que alimentan a las crías. Para incubar sus huevos, las hembras excavan con sus hocicos oquedades de unos 60 cm, colocan los huevos y amontonan sobre ellos plantas y barro.

Fuente:v6.yucatan.com.mx

fotos: fororeptiles.org